El dolor de espalda puede afectar a todos los grupos de edad, inclusive a los adolescentes, y a hombres y mujeres por igual. En el transcurso de su vida, la mayoría de las personas experimentarán, al menos una vez, un dolor lumbar agudo que se puede volver crónico. Se considera un dolor agudo cuando tiene una duración menor a 3 semanas y se habla de dolor crónico cuando su duración es superior a 3 semanas.
Casi todos los casos de dolor de espalda son de origen mecánico, es decir, se producen por un aumento exagerado de la tensión sobre los músculos, lo que lleva al desgarro de sus fibras, de sus envolturas, o de las uniones tendinosas, entre los músculos y el hueso.
Los malos hábitos de postura, mala posición al sentarse o al realizar labores cotidianas (oficina, conducción de vehículo), o al dormir (posición inadecuada, colchones inapropiados).
Sobreesfuerzos por levantar objetos sin la técnica debida o por no tener un adecuado desarrollo muscular.
Tensión
El sobrepeso u obesidad que llevan a la columna a soportar cargas altas.
Hernias discales.
Fracturas vertebrales por osteoporosis.
Mantener una postura correcta al estar de pie, al sentarse y al acostarse.
La práctica habitual de ejercicio físico, estiramiento y una alimentación balanceada con suficiente aporte de calcio.
Mantener el peso dentro del rango ideal.
Evitar levantar objetos pesados con la espalda arqueada. Toda carga de peso debe hacerse con la columna en posición vertical.
Cinco a diez minutos de masajes con frío y calor en el área afectada.
El tratamiento farmacológico con analgésicos de última generación, como Duraflex Advance, puede ser necesario en algunos casos de dolor muscular en la espalda (Antes de tomar algún medicamento se debe revisar sus indicaciones, contraindicaciones y advertencias en el empaque).